sábado, 1 de junio de 2013

Correr en la playa



Llega el buen tiempo y con él la playa. Pocas situaciones nos una sensación parecida a correr junto al mar. La brisa, las olas y la belleza del entorno… Todo parece una invitación a correr por la arena. Los afortunados que pueden entrenar en la playa cuentan con una pista de arena que minimiza los impactos y lo que es mejor, al finalizar el ejercicio les espera un reconfortante baño en agua salada.

Si podemos correr en la playa debemos ser conscientes de los recursos que las playas nos pueden proporcionar como una poderosa herramienta de entrenamiento. El truco consiste en correr con el placer y responsabilidad.

Podemos utilizar la playa a principio de la temporada o de nuestro ciclo de entrenamiento. El lo que llamaríamos nuestro periodo base o acumulación en el que debemos trabajar la fuerza y resistencia y la playa es el lugar perfecto para trabajar estas capacidades.

Además correr en la arena suave también trabaja la propiocepción ya que la inestabilidad del terreno hace que el corredor tienda a trabajar más el equilibrio y mejora sus puntos de apoyo.

Tenemos que tener muy presente que no es recomendable correr de forma rutinaria por la arena. La playa no puede ser nuestro Centro de Alto Rendimiento. Lo único que estamos aconsejando es correr de manera esporádica y muy cuidadosa por la playa. Es un complemento no la base de nuestro entrenamiento. Es un buen complemento para nuestra planificación ya que resulta desestresante, novedoso, relajante y terminar una sesión de entrenamiento sumergido en el mar es de lo más placentero.

Correr en la arena suave no requiere ninguna modificación en la biomecánica del gesto, pero cuando se trata de arena suave, es necesario tener en cuenta algunas modificaciones técnicas que optimizan los resultados.

Mientras corramos por la arena debemos tener en cuenta los siguientes puntos:

- Debido al terreno es posible que mejoramos nuestra eficiencia y estabilidad acortando un poco la zancada.

- Correr por la arena nos obliga a levantar las rodillas lo que hace que mejoremos el trabajo con esa zona.

- Para mejorar nuestro equilibrio debemos mantener el abdomen contraído, la línea principal y los hombros relajados, incluso cuando se requiera la fuerza de los brazos para propulsar nuestro cuerpo hacia delante.

Estas son pequeñas claves que pueden hacer que no nos cueste tanto correr en la arena de la playa. Como se puede ver tampoco están alejados de lo que debería ser una técnica de carrera habitual pero siempre está bien tener presente conceptos básicos que nos ayudaran a evitar lesiones. (http://www.reinosarunning.com/entrenar-en-la-playa/)

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